Elegir una actividad agradable y adecuada. Se trata de escoger aquella actividad que más guste y que sea realista en función de la edad y del nivel de condición física de cada persona. En general, caminar es una buena opción para la mayoría de personas.
Se trata de establecer objetivos alcanzables. Cabe recordar que los objetivos se alcanzan a largo plazo y que siempre hay que empezar el ejercicio a muy baja intensidad e ir incrementando progresivamente primero el volumen y luego la intensidad. Cuando se camina se aconseja que se pueda hablar cómodamente mientras se lleva a cabo la actividad. Esto será señal de que lo estamos desarrollando a una intensidad adecuada (test de la conversación).
Hay que ser regular en la práctica del ejercicio físico y, si es posible, destinar una o más sesiones diarias a la realización de esta actividad. Podemos salir a caminar todos los días.
El mínimo recomendable es de 30 minutos al día, de intensidad moderada, que no es necesario que sean seguidos: puede ser el sumatorio de pequeñas actividades, durante cinco o más días a la semana. Debemos entender que en el transcurso del tiempo iremos incrementando la duración de realización de la actividad. Seguro que a lo largo del día podemos disponer de 30 minutos
Si hacemos una actividad en grupo es más fácil evitar los abandonos y de seguro que es más divertida ya que nos permite relacionarnos con otros compañeros. salir a caminar en grupo hace que la actividad sea más tolerable y ayuda a arrancar ese día que cuesta más.
Hay que empezar y terminar cada sesión de manera progresiva respetando el calentamiento el principio y el enfriamiento del final. Esto hará que nuestro organismo se ponga a punto tanto para iniciar como para finalizar la actividad y así prevenir posibles lesiones.
Ante cualquier situación que pueda plantear la mínima duda, hay dirigirse a los profesionales del ejercicio físico y de la salud.